Historia
Capilla del P. Judge en Holy Trinity, Alabama
EL DECRETO PONTIFICIO PARA LOS INSTITUTOS LLEVA AL BTMI A CONVERTIRSE EN UNA UNIÓN PIA (ASOCIACIÓN DE LOS FIELES)
*El término "Unión Pío" ha sido cambiado canónicamente a Asociación de Fieles.
En 1947, el Papa Pío XII declaró la Provida Mater Ecclesia, una constitución apostólica que reconocía los institutos seculares como una nueva forma de consagración oficial en la Iglesia Católica. Como resultado, La Dra. Healy inició el proceso de formar un instituto secular dentro de la Familia del Cenáculo Misionero con el apoyo de las Siervas Misioneras de la Santísima Trinidad y Los Siervos Misioneros de la Santísima Trinidad. Este instituto secular recibió el nombre de Instituto Misionero de la Santísima Trinidad (BTMI). La Dra. Healy atrajo a un grupo de 6 mujeres dispuestas a vivir una nueva vida en el mundo tomando los votos de los 3 consejos evangélicos: Pobreza, Castidad y Obediencia. En 1950 tuvo lugar una celebración en la Casa Madre de las Siervas Misioneras de la Santísima Trinidad para establecer el BTMI. Desde entonces, ha sido considerada una rama oficial de la Familia del Cenáculo Misionero.
Comenzaron a reunirse en el Cenáculo de las Hermanas MSBT en la calle 80 de Nueva York en 1956. En 1959, La Dra. Healy completó la constitución y la regla de vida de BTMI y se las envió al Cardenal Spellman en Nueva York junto con una breve historia del Instituto. En un decreto del 20 de enero de 1964, el Instituto Misionero de la Santísima Trinidad fue aprobado como una "Unión Pía"* en la Arquidiócesis de Nueva York, bajo el liderazgo de la Dra. Margaret Healy. Fue nombrada la primera Custodia General del BTMI en servicio desde 1964 hasta 1971.
Hoy Dia
Hoy en día, La presencia del BTMI estas en Los Estados Unidos, Puerto Rico, México, Nigeria y Londres. Los miembros se reúnen a través de reuniones mensuales, para asistir a retiros y días de retiro, continuar desarrollando su espiritualidad y apoyarse unos a otros y a las otras ramas de la Familia del Cenáculo Misionero. Viven su misión en la providencia de su vida diaria según su regla de vida y la voluntad de Dios.